HIPÓTESIS SOBRE EL SURGIMIENTO DEL PLANO FISICO.
Inmersos en el interior del espectro físico tridimensional y experiencial que conocemos como nuestro cosmos o universo observable, nos es complejo comprender los procesos que podrían haber dado origen al mismo, ya que los mismos son un efecto de Causas Espirituales relativas a la Acción de los Focos Creadores Transitorios de la Divinidad que estimamos tienen Aspectos Manifestados en todos los planos, tal como analizamos en el apartado anterior. Igual de complejo es comprender como el cosmos tridimensional sustenta su estabilidad, perpetuidad, evolución, sincronicidad y dinamismo, el cual tiende a que los planetas y astros que lo componen se encaminen hacia la Unificación y Sutilización a la que se encamina todo en el Universo Evolutivo para retornar a la fuente que lo creo que es la Divinidad. La ciencia en su máxima expresión en la física teórica y la cosmología se ocupa de desentrañar su misterio en los márgenes de lo físico-humano, sin incluir lo espiritual como una realidad y se requiere para ello muchos años de estudio, a su vez que se requiere también, muchos años de estudio para profundizar el Conocimiento Espiritual avanzado y hallar la relación entre los mismos.
Como mencionamos, la ciencia actual no contempla lo espiritual como una realidad, lo ignora o deja fuera del discurso científico ortodoxo que gobierna la ciencia en estos momentos, aunque en lo particular muchos son los científicos que si alcanzan el nivel de comprensión espiritual que el momento actual requiere. Si la ciencia humana considerará que la creación del cosmos es una de las tantas creaciones Divinas necesarias para la existencia de un ámbito experiencial y que dicha Creación es un acto voluntario de los Focos Creadores Transitorios regidos por la Mente Divina Universal, sería más sencilla la interpretación de ciertos fenómenos cuánticos que son en realidad una consecuencia del movimiento energético que es propio de la condensación de la Energía Espiritual necesaria que da origen y sustenta el espectro físico que llamamos cosmos.
Análogamente a como el estudio detallado de una turbulencia, que es simplemente una consecuencia del movimiento de las aguas, no explica la finalidad del mar, las mareas y la importancia de la vida física y espiritual invisible que en dicho medio experimenta, algunos aspectos complejos de las características intrínsecas de la materia, que son en realidad niveles energéticos fronterizos y esenciales de lo físico que quizás se generen en un campo cuántico primordial, seguramente tienen una explicación más simple desde una esfera de observación espiritual o extra física, que desde lo material.
Lo antes mencionado no es una crítica a la ciencia, sería muy aventurado e incoherente hacerlo, pero si es necesario señalar que la ciencia carente de conocimiento espiritual es limitada y reduccionista, por lo tanto, sería como ahondar exageradamente en el árbol, sin percibir el bosque a través de cuyo conocimiento nos sería más fácil poder comprender aquello que no llegamos a profundizar adecuadamente del árbol.
Cómo humanos dentro de la esfera del espacio-tiempo, nuestra mente opera ideas y modelos de interpretación de las realidades, que tienden a ser influidos por lo tridimensional, la geometría y una tendencia al reduccionismo, ello influye notoriamente sobre las hipótesis que podamos presentar al respecto de cómo creemos que podrían llegar a ser las cosas en la esfera de lo espiritual. Con todas estas aclaraciones al respecto de las limitaciones con que contamos, nos arriesgamos a presentar una hipótesis sobre la creación del espacio físico, vale decir del cosmos y el plano físico.
Es posible, entendiéndose este texto como una hipótesis muy aventurada, que de los Núcleos de Fuerzas secundarios mencionados en el apartado anterior, vale decir de aquellos Núcleos de Fuerzas que se diversificaron descendentemente como Fuerzas Actuantes del o de los Focos Primogénitos Unificados, Proyectados por los Focos Creadores Transitorios como respuesta al Reclamo de la Vida Evolucionante en el Comienzo, Emane la o las burbujas espacio-temporales que constituyen el cosmos y todo lo que el contiene.
Entendemos que esa burbuja Emanó de la manera que la ciencia explica, de manera expansiva en movimiento, que ello se sucedió en el Comienzo, y el cosmos sea el aspecto o la parte más densa y diversificada del Todo Experiencial que, como explicamos en el apartado anterior, fue creado como una totalidad que es lo que en nuestra bibliografía denominamos como Todo Experiencial.
Pensamos que las Mentes Unificadas dedicadas a ello, bajo la Jerarquía de la Mente Divina Universal en conjunción Crística de Trabajo Universal en Acción-Amor, operaron para la creación del espacio físico tridimensional sobre un campo cuántico primogénito que contiene con todos los atributos potenciales (La lattice del Dr.Grinberg por ejemplo) para dar origen a todo lo existente en la dimensión física, incluido el mismo tejido del espacio-tiempo y que ese mismo campo cuántico primordial antes mencionado, sea, de acuerdo al modelo de universo presentado en nuestra serie de libros aspectos transpersonales y en anterior apartado, donde se concreta la condensación de la Energía en materia, donde se Manifiestan las galaxias, los soles y los planetas.
De ser real esta hipótesis los Focos Creadores transitorios y las entidades Universales intervinientes actuarían con su Acción-Amor sobre dicho campo cuántico Fundamental e impulsarían dinámicas energéticas elípticas, de movimiento circular o spin a escala cuántica, dinámicas estas que sean perceptibles por nosotros cómo partículas atómicas fundamentales, campos cuánticos, cuerdas o como puedan ser definidas por la ciencia y que interactúen entre si a escala de Planck a través de la gravedad cuántica y escala cósmica como la gravitación universal, las cuales serían en su realidad esencial interacciones de fuerzas espirituales.
Podríamos aventurarnos aún más, hipotetizando que el movimiento expansivo y circular de todo el orbe cósmico sideral sería necesario para sustentar no solo la creación de nivel físico de la existencia, sino también su equilibrio en estado físico-condensado-espiritual o vulgarmente llamado materia o espacio-tiempo, siendo este el ámbito donde se genera la interacción molecular necesaria, que a través de los elementos de la tabla periódica, da origen a todo lo material que percibimos a través de los sentidos físicos.
Todo este sistema espiritual-energético-dinámico-material, nosotros lo percibimos tal como nuestros sentidos nos permiten hacerlo, mediante la impresión en nuestra consciencia de aquello que los órganos sensoriales trasmiten como información holográfica a la dinámica de las sinapsis de las estructuras de nuestro cerebro, dinámica que se constituye en un campo neuronal que interactúa con las diferentes frecuencias del campo cuántico fundamental, centralizando lo que proviene de lo físico, de lo energético y de la subjetividad interior, siendo así el cerebro, una interface física que es expresión de la mente.
Siendo, así las cosas, nuestra realidad estaría impulsada, sostenida y dinamizada por la Acción-Amor de Mentes Universales que dependen de la Mente Divina Universal, como lo está todo en el universo, Mentes que moran en niveles Divinos, en Núcleos propios de la Unicidad Divina, encargados de la proyección y el sustento del orden experiencial vigente en el cual nacemos, morimos y volvemos a nacer, ocupando diferentes roles y realizando diferentes experiencias regidas por la Ley Divina Universal con el objeto de evolucionar gradualmente, elevándonos hacia otros niveles o dimensiones y alcanzar así el retorno a la Divinidad Creadora de la cual surgimos a la existencia.
Tal como analizamos en todo este apartado y como señala el conocimiento de Madú Jess, Dios, la Divinidad y el Amor Divino están presentes en todo cuanto vemos a nuestro alrededor, en el espacio mismo y en nosotros mismos y fundamentalmente en la experiencia que nos toca vivir, experiencia que se convierte en un don maravilloso de ser recibido, don que no podemos malgastar en guerras, en nuestras propias guerras Internas o en el solo hecho material de la vida humana.
También como mencionamos en el apartado anterior, podrían existir variadas burbujas dimensionales, universos físicos o incluso de otras características, burbujas donde fluya vida con seres cómo nosotros o de otras formas de creación. Siguiendo la línea de la hipótesis formulada, podría deducirse que la fuerza nuclear que da consistencia al núcleo atómico como unidad, que contrarresta la fuerza de Coulomb entre los protones de igual carga y que la física cuántica denomina como fuerza fuerte, seria por lógica, dentro de este escenario hipotético, aquella fuerza que se desconoce su origen y que quizás efectivice la condensación de energía como materia y sea concretamente un efecto de la causa espiritual por la que surge todo lo que existe, ósea la misma creación expresada en este sector del universo viviente.
Aquellas energías dinamizadas por las Mentes Divinas Creadoras, energías que en nuestra hipótesis podemos relacionar al concepto de lattice del Dr. Jacobo Grinberg, conformarían un hipotético campo cuántico primordial y podrían ser aquellas que originan lo que se percibe cómo las partículas fundamentales que estudia la ciencia física o un estrato constitucional anterior a ellas. Cabe señalar que la masa está provista mayoritariamente por el núcleo de los átomos (Neutrones y protones) y fuera del núcleo los electrones, de masa insignificante respecto a los protones y neutrones, son los que facilitan la dinámica de enlaces químicos que conforman las moléculas de cuya interacción surge la realidad material tal cual la conocemos, siendo las condiciones de repulsión entre las partículas fundamentales de las moléculas conformadas, lo que origina la interacción de los cuerpos rígidos que es característica de nuestra realidad material y que se estudia en la física clásica.
Cuando esas condiciones no están presentes y el nivel de existencia, ósea el espectro de frecuencia existencial, se sucede en un escenario energético que no interactúa con el producto del campo cuántico fundamental, que es lo que llamamos vulgarmente materia, entonces, ese nivel de la existencia lo traspasa o simplemente acontece su realidad sin interacción, ósea fuera de sus márgenes y no es perceptible por nuestros sentidos.
Al respecto de esto último, aun sabiendo que el universo es un todo y todo puede ser percibido a través de las capacidades de nuestra mente, para la interacción con los niveles de existencia energéticos y elevados que no interactúan con nuestro nivel de forma física palpable a través de los sentidos, se requiere de una sucesión jerárquica de adaptaciones o la intervención de seres provenientes de esos niveles que desciendan o proyecten su presencia en este nivel físico de la existencia. Análogamente, en nuestra realidad sucede algo similar, pensemos que la materia está sumergida y traspasada por numerosas energías que no podemos percibir o que debemos hacerlo a través de instrumental específicamente diseñado para ello o también por sus efectos, tal como sucede dentro del desenvolvimiento de vida diaria social con la energía eléctrica, donde el caudal de electrones libres circulando por materiales conductores, no es perceptible de manera directa por los sentidos, pero si por sus efectos a través de instrumental diseñado para ello. En orden análogo de magnitud podríamos mencionar el nivel astral de nuestro mundo que rodea e interpenetra al mismo, pero no es perceptible de manera directa a través de la percepción física, sin embargo, dentro del espiritismo se cuenta con numerosos fenómenos comprobados que indican la presencia de entidades espirituales que no son visibles físicamente.
Analizándolo a nivel general, para el caso de esos niveles de la existencia que mencionamos en el párrafo anterior, que son niveles energéticos de distinta jerarquía evolutiva, distinta calidad o finalidad, pueden estar o no relacionados experiencialmente con el nivel material de la existencia o con seres o grupos de seres encarnados aquí, incluso para el caso de las regiones astrales o del astral inferior, que aloja vida espiritual o también para el caso de otros parajes transicionales, dónde van algunos seres luego de la muerte física o ciertos niveles en enclaves naturales, dentro de cuyos márgenes intrínsecos espirituales morán seres experienciales.
Nuestra propia conciencia espiritual y nuestra constitución espiritual, aquella que anima nuestra materia, se encuentra en el margen de esferas vivenciales energéticas periféricas, pero funcionalmente concatenadas a nuestro cuerpo físico y con su capacidad perceptiva enfocada en el nivel material exclusivamente y bajo la matriz de la subjetividad humana y el saber convencional humano, con nuestro cerebro como interface, tal como mencionamos en líneas anteriores.
Lo antes mencionado no es de manera determinante, cabe señalar que a través de nuestra voluntad podemos, mediante la meditación, la oración y nuestro estado interno positivo, buscar trascender lo estrictamente material - que a su vez es energía condensada como analizamos en líneas anteriores – siendo posible tomar contacto con cualquier punto del universo que requiera de nuestra conexión y a su vez nuestra condición interna como vibración.
Lejos de aquí y fuera del mundo de la materia también estaremos y están los seres que moran en otras esferas y niveles de la existencia, impulsados por su propia Voluntad, su karma, su Evolución, su Capacidad de Conexión con los Planos Divinos y las condiciones del Trabajo Espiritual que requieran realizar en su Evolución permanente y contenidos por las propiedades características de la constitución de su Nivel de la Existencia.
Llegamos aquí a esta dimensión por algo y con alguna finalidad, estamos en este escenario de Creación Divina y experiencial que llamamos materia y que a su vez es Energía, porque tenemos que realizar un trabajo el cual debemos descubrir internamente cual es, así también llegaremos a un lugar análogo fuera de este plano material, llegaremos una y mil veces a miles de esferas y niveles de la existencia evolucionando y siempre será necesaria nuestra voluntad en Amor en Acción como condición necesaria por Ley Universal, como fuerza que nos permite retornar gradualmente a nuestra Fuente, al inicio del camino, a los niveles ascensionales de la inconmensurable Evolución Divina que Es, Fuente de Amor Divino, de Poder, Evolución, Luz y Vida de cuánto existe en el universo.
Por último, podemos afirmar dentro de este esquema de hipótesis que las fuerzas atómicas podrían ser, la acción mental o un aspecto de la misma, que es ejercida por Mentes Elevadas de la Divinidad y/o Mentes jerárquicas relacionadas a ellas, que se encargan de Crear y mantener todo aquello que sustenta la vida que involuciona-evoluciona y que da origen a todo lo necesario para la evolución de esa vida. Estas fuerzas podrían ser expresiones derivadas de aspectos de la Mente Divina Creadora que mantiene en el devenir de los estados presentes y eternos propios de las experiencias de vida, el estado de cohesión y dinámica del Cosmos requerido y las condiciones necesarias que permiten la manifestación de las sustancias necesarias, aquellas que en cada nivel de la existencia donde experimenta la vida creada, sirven para la manifestación de los elementos Universales, elementos que son esenciales para la existencia y su perpetuidad.
Sabemos que la materia es Energía condensada, Energía que da origen al espectro físico visible que configura lo que conocemos como el Cosmos y todo lo que el mismo contiene y tanto el Cosmos como todas aquellas fuerzas que permiten la dinámica de los movimientos planetarios, como las condiciones intrínsecas del microcosmos atómico para el sustento de la materia, son fuerzas espirituales que tienen como todo en el Universo un origen Divino. Desde ese punto de vista todo lo que existe es un aspecto de la Divinidad y más nítidamente debería serlo para nuestro entendimiento aproximado, todo aquello relacionado a la creación y todos los aspectos necesarios para que la misma experimente, a saber, el Cosmos en su macro o micro visión, como las galaxias, los soles, los planetas, las partículas, los átomos y todas las fuerzas intervinientes en toda su expresión dinámica.
Esas fuerzas serán atómicas en un sentido científico, dentro del entendimiento de la ciencia humana, ciencia que se sumerge en el estudio del átomo sin el conocimiento ni la creencia en aspectos universales. En otros niveles de la existencia, esas mismas fuerzas serán de otra magnitud y su expresión será según la característica de dicho nivel de la existencia, así sucesivamente en cada punto de la existencia universal tendrán su expresión necesaria y de manera ascendente se expresaran como la Mente Universal lo disponga, hasta llegar al punto Divino de su mismo origen, origen desde donde, no solo fluye la creación sino que la misma es sustentada por el pensamiento Divino y los aspectos intervinientes que la Mente Divina Creadora, por Ley haga intervenir.
Como final de este apartado podemos mencionar, que, así como todo el universo tiende en su evolución a la Unificación y a la sutilización que permite acceder a Niveles de Energía de mayor potencial más cercanos a la Fuente Divina, la constitución de los planetas Eleva su Energía y va gradualmente transformándose en su constitución en energía y abandonando gradualmente el estado de materia o condensación para ocupar niveles de la existencia más espirituales. Este proceso de característica Universal trae como resultado transformaciones maravillosas en el orden planetario, natural y en todos los aspectos de la vida de los seres que constituyen su humanidad.
Por último, dejamos estos tres párrafos del Conocimiento de Madú Jess que brillan, como todo su Conocimiento, por sí mismos y que dan un cierre excepcional a la temática:
“Así, lo que en términos generales denominamos Cosmos es, en el aspecto Espiritual, una maravilla de Energías e infinitas Vibraciones distintas, cada una de las cuales, separadamente o en conjunción con otras, “constituyen” elementos necesarios para la Vida de los Seres y para el “Movimiento” Evolutivo de los Seres y del Universo. Del Cosmos, los Seres Espirituales absorben Energías que necesitan, y a la vez del Cosmos llegan a todos los Planos y a todos los Mundos las Energías necesarias. También reciben Energías los Seres Espirituales que Experimentan a través de “formas” y, además, las “formas” reciben la Energía esencial que necesitan.”
“Por eso es que en el sendero de evolución que el planeta; la naturaleza y la humanidad, recorren, al igual que los otros planetas y sus humanidades llega un momento en que todo debe comenzar a sutilizarse y por lo tanto, capacitándose cada vez más, para recibir la radiación cósmica, que podrá impregnarse, cada vez más profundamente al planeta y todo lo que contiene, produciendo, en cada aspecto de la Vida manifestada en él un efecto diferente, según sea el aspecto en que incida. Aun cuando el efecto general será el mismo - sutilizar y elevar - esa sutilización y elevación se mostrarán con características diferentes en cada aspecto material y espiritual. Será una sutilización de evolución, lo que significara, lógicamente, cambios reales y definitivos en la forma física y también en el estado moral capacidad mental y vibración espiritual de los seres humanos que disponiendo de formas más sutiles encarnarán en la Tierra espíritus más adelantados lo que traerá al mundo progreso, descubrimientos, inventos, en todos los órdenes de la actividad humana.”
“Es aquí donde debéis comenzar a modificar y a aplicar la Ley del Amor Universal. A medida que vais avanzando en el conocimiento, os vais dando cuenta de cómo el Amor Universal debe manifestarse constantemente, cada vez más intensamente a cada intento de vuestra vida espiritual y humana, Nada puede mantenerse alejado ni sentirse alejado del Amor Universal, El Amor Universal que a todos os une entre vosotros, que a todos os une, a todos absolutamente, al TODOPODEROSO.