Sobre MADÚ JESS
LIBROS DE MADÚ JESS
A continuación puedeN descargaR los libros "Lo que me fue Revelado" y " Conocimiento de la Vida" de Madú Jess
LIBRO “Lo que me fue revelado”
Madú Jess relata la historia de como accedió al Conocimiento de la Realidad Espiritual, Cósmica, Universal y Divina
LIBRO “Conocimiento de la vida”
Madú Jess sintetiza en este libro los principales temas de su Conocimiento de la Realidad Espiritual
Descarga los cuatro años del curso basico de conocimiento espiritual.
EL EJEMPLO DEL LAGO
MADÚ JESS
Maravillosa analogía sobre la Esencia de Verdad que anida en todas las Religiones
FRASES DE MADÚ JESS DE SU CATEDRA DE UNIVERSALISMO
VIVIR FELICES
Todos deseamos vivir felices, sin preocupaciones y temores; pero no logramos sentirnos felices, ni siquiera tranquilos, porque vivimos - y no sin razón - temiendo ser atacados, engañados o carentes de apoyo en un momento de necesidad. ¿Y ello por qué? porque el Ser Humano, en vez de elegir el camino de la Fraternidad que la Vida le señala, prefirió el camino del desamor y el egoísmo, que le impulsa censurables acciones hacia los demás. El Ser Humano ignora que el Amor es una necesidad, y, suponiendo que podrá ser feliz si alcanza todo lo que ambiciona, no se preocupa por cultivar y fortalecer la Fraternidad si no, solamente, por alcanzar poder y riquezas. Sin embargo, cuando llega a obtenerlos comprueba con dolor que nada de eso puede satisfacer el íntimo deseo de su alma, porque el alma necesita amar y ser amada.
FRATERNIDAD
Podríamos definir la Fraternidad como un lazo invisible de Amor Verdadero que une a todo cuanto existe en el Universo. Es unión fraterna, consecuencia lógica de la Unidad Original de Vida y de Su Perfección, constituye la Realidad de nuestra relación con todo lo que existe, en nuestro mundo y más allá de nuestro mundo. Si meditamos un poco sobre lo que significa esa relación universal, nos sentiremos pequeños y grandes a la vez; pequeños, porque de todos necesitamos y de todos algo recibimos, y grandes, porque todos algo podemos dar. Cuando no vivamos amorosa Fraternidad es como si hubiéramos cerrado la “llave de contacto”; nuestra alma se siente sola, desorientada, débil, porque no circula por ella la Fuerza Universal del Amor, que todo lo puede y que todo lo embelleces en nuestra vida. La Fraternidad no puede quedar supeditada a la voluntad humana porque es vínculo con el cual nacemos a la vida, y debemos respetarle y valorarlo al máximo para poder sentirnos felices.
VIDA HUMANA
Muy diferente sería la vida humana si la relación entre los Seres Humanos fuera realmente fraterna. Habría armonía, paz, respeto y tolerancia mutua, y la seguridad de recibir ayuda y protección en todo momento de necesidad. Desaparecerían las envidias, los engaños y los egoísmos, y los Seres Humanos podrían confiar y confraternizar con los otros Seres Humanos de cualquier idea, raza y país. Esto no es imposible de lograr; bastará con que cada uno cambien en lo íntimo de sus sentimientos y pensamientos para que, rápidamente, se produzca el cambio en toda la humanidad.
EL SEPARATISMO
El separatismo en que ha vivido y vive aún el Ser Humano no ha podido darle felicidad, porque el separatismo es desamor, es ausencia de Fraternidad, y la Fraternidad es ley de Vida. No debemos ni podemos continuar viviendo separados; constituimos la Gran Familia Humana, en la que todos debemos ayudarnos y apoyarnos mutuamente. No ignoramos que en la humanidad existen grupos muy diferentes entre sí y que a algunos corresponde una posición jerárquica, pero no de jerarquía humana obtenida y ejercida en desmedro de todas todas las demás, sino Jerarquía Verdadera, Jerarquía que impone deberes y responsabilidad. Creemos que será de acuerdo con esa Jerarquía - que se evidencia sin proclamarse y se manifiesta siempre en el Bien y el absoluto desinterés - que estará constituida la sociedad cuando él Amor, derribando todas las barreras, haya unido a los Seres Humanos en verdaderas Fraternidad.
NUESTROS PENSAMIENTOS
En el hogar, en el trabajo, en la calle, en cualquier lugar donde nos encontremos, nuestros pensamientos y sentimientos deberán ser siempre de paz. Si hacemos el esfuerzo de pensar y sentir constantemente en términos de paz y de armonía, comprobaremos con asombro cuánto pueden nuestros pensamientos y deseos de bien; veremos que a nuestro alrededor las asperezas van desapareciendo y que aquellos que ostentan permanentemente en posición beligerante comienzan a cambiar su modalidad y actuar en forma mucho más pacífica, reconciliándose con los demás.
El sombrío panorama actual en el mundo debe hacernos meditar y reaccionar. Nuestra fuerza espiritual positiva tiene infinitas posibilidades de bien, porque se nutre en la Vida Superior y puede contrarrestar y desbaratar toda acción negativa. El Ser Humano debe saberlo; Que aleje sus temores, piense, sienta y obre siempre positivamente, y así como los sentimientos y pensamientos de odios y ambiciones crearon el este clima de caos, los pensamientos y sentimientos de fe en el poder del bien darán fuerza a su acción, disipando las tinieblas. Podrá así, la luz de una nueva aurora, iluminar la sonrisa feliz de seres humanos esperanzados que, el uno junto al otro, transiten por el sendero de progreso.
LLAMADOS QUE NOS LLEGAN
Constantemente nos llegan en la vida “llamados positivos” y “llamados negativos”; pero, si obedecemos siempre a nuestra conciencia y nuestra acción es, en todos los casos, positiva los llamados negativos serán cada vez menos imperiosos. En cambio, si atendemos esos “llamados” y los “escuchamos”, cobrarán más y más fuerza y nos ensordeceremos a los “llamados positivos”. Nuestra Consciencia, cuya voz no es posible callar ni complacer ni con poder ni con gloria, gritará su descontento hora tras hora, y no podremos sentirnos felices hasta que logremos encausar nuestra vida por el camino del Bien.
Careciendo del Verdadero Conocimiento de la Vida, suele suponerse que “no haciendo mal a nadie” se ha cumplido ya su Ley y que no es necesario preocuparse por hacer el Bien. “No hacer mal” no es “practicar el Bien”; pero la Vida reclama de nosotros que practiquemos el Bien. La practica constante del Bien, realizado con absoluto desinterés, ayuda al Ser Humano a mantenerse en la tónica positiva. En cambio, limitarnos a “no hacer el mal” es encerrarse en el egoísmo - siempre negativo - eludiendo “el llamado a la Acción” que nos fórmula la Vida al evidenciar ante nosotros las necesidades morales y materiales de los demás.